En Realidad Transparencia
Si dijese de mí ser un Dios
Mentiría a sabiendas.
Mas si de mí dijese ser Dios
Se diría la Verdad de su Existencia
Transparente en el ritmo del habla.
En este poema sigo un diálogo interno con dos elementos de la ontología no dual que acepto como propios: uno se lo debo al Upanishad, el otro a un luminoso sufí, Bistami.
"Asatoma, Sat gamaya" ("De lo irreal, condúceme a lo Real") digo con el Upanishad. La "mentira" no es solo una falsedad moral que conduce a los demás a errar en relación a estados de las cosas, sino un juego de la voluntad reactiva y una expresión, incluso en la sombra de la ignorancia y las inercias, de la fuerza del amor. Los dos primeros versos, "Si dijese de mí ser un Dios / Mentiría a sabiendas", conectan directamente con el anhelo del Rishi que cantó "Asatoma, Sat gamaya". Se trata de un anhelo de Realidad que aceptando la limitación y la densidad de la mente del Mago pequeño -ese juego de espejismos y máscaras- no se detiene en sus carencias y procede a desear la Luz desde la oscuridad. Se hace alusión al ser psíquico o Alma en su estado de identificación con la volición, la emoción y la intelección humana. Desde esta perspectiva limitada, la afirmación de ser Dios sería una falsedad, una arrogancia del ego que no ha comprendido su propia formación. Es el yo que se siente separado de lo divino, y por lo tanto, no puede proclamarse como tal sin mentir.
Esta mentira a la que nos anclamos buscando una identidad egoica que en su precariedad nos permita seguir adelante en el torbellino onírico confuso de la existencia condicionada, se sustenta en la ilusión de la separación, y se profundiza y se traba aún más en el deseo de esa separación, deseo que el ego camufla proclamando con orgullo la bandera de la finitud como la única que representa plenamente lo humano. Hay una "voluntad de sombra" que ejerce una fuerza reactiva a lo Real, un acto de la mente que, al ser distancia y separación, profundiza la dualidad. Esta mentira, en su tristeza, es el reflejo de una conciencia que aún no ha trascendido la limitación de la forma.
Sin embargo, el poema se desplaza hacia un plano superior con la afirmación: "Mas si de mí dijese ser Dios / Se diría la Verdad de su Existencia". En estos versos, la declaración de divinidad ya no proviene del ego, sino del Ser que ha superado el Asat y se ha alineado con el Sat, lo Real. Si de mi ser dijese el ser de Dios, si infiriese o desvelase desde mi limitación la limitación de lo ilimitado que siento y que resuena en el fondo de los intentos egoicos de querer seguir siendo, entonces ese impulso mostraría lo que subyace tras la apariencia limitadora del ego. Entonces, las mentiras del ego serían guiños de complicidad amorosa, su mentira y su malevolencia, su intento de conducir al error, mostrarían el truco del Mago pequeño, y una vez visto el truco del Mago, su función sólo puede seguir el camino de la risa, la redención de la Ananda. Una bendita forma de mentira, toda juego y amor cobraría aquí su plena resonancia.
Finalmente, la culminación del poema en "Transparente en el ritmo del habla" hace referencia a la expresión del Logos, el habla, Vaak en sánscrito. La transparencia de lo Real en el Logos tiene profundas resonancias en la tradición cristiana. Aunque el Vaak es la forma en la que se tejen los hilos de las máscaras de cualquier habla, no todas las formas de Vaak facilitan la transparencia. El habla del Rishi expresa un ritmo universal, su mantra es transparencia en la Realidad, y ese es el eco es el eco que resuena en la oración upanishádica. La existencia de Dios se hace transparente como Logos, pero también se transparenta sus Ser en mi ser como un único pulso estelar, como los ciclos de respiración del Universo en el Habla.
A simultáneo, sobre este plano de significado, se encuentra en mi pensar-sentir y en mi volición, el plano de Bistami, con el que forma un espacio de dimensión superior. Aquí late un largo poema que escribí en otra parte inspirado por el Ishq de Bistami. En mi experiencia estética, el espacio semántico de la poesía tiene un "espacio subyacente" de tipo muy general, un espacio topológico en el que la intuición epistemológica de puntos separados no es aplicable. Es como un espacio topológico no-Hausdorffiano, o incluso una topología trivial “muy fina” que apenas permite distinciones de identidad. En ese espacio, este poema, los versos del “Asatoma…” y los fragmentos del poema que escribo a continuación forman una matriz de significado dinámico entretejido con liminales resonancias.
“¿Cómo puede alguien decir de sí mismo
Que es Dios, en un cuerpo, uno sólo,
Cómo se atreve nadie a proclamar
Lo Incondicionado, lo Eterno, lo Ilimitado,
Desde una personalidad
Que es penosa condición,
Límite afilado y muerte?
¿Y cómo puede alguien decir de sí mismo
Que no es Dios?
¿Qué no es Dios?
Cómo podría nadie proclamar
Cómo se atreve una mente limitada
A hacer juicio sumario sobre el alcance,
Sobre la naturaleza radiante
De lo que sin límite impulsa en todas partes
Hasta llegar a ser Conciencia?
¿Cómo podría yo no ser Dios,
Cómo podría ser yo algo distinto
a Todo lo demás, a este Amor que me vive y me muere?(...)”
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